marzo 05, 2008

"El Juego Bélico"


Por fin he salido del pequeño castillo oscuro y no sé por cuánto tiempo será esta vez. Pero lo que aún no puedo entender (y creo que nunca lo haré) es el por qué solo salimos a pelear, y siempre contra el mismo enemigo; nuestros acérrimos rivales, con quienes, desgraciadamente, estamos destinados a compartir nuestro palacio por la eternidad.

Cada bando define su estrategia, el juego bélico está por comenzar. El primer paso lo doy yo; tratando de lograr un poco de ventaja sobre el adversario y esperando no provocar que el derramamiento de sangre manche la blanca vestidura de mi tropa. Como era de esperarse, este paso desencadenó movimientos al horizonte.

Poco a poco, la intensidad de la batalla se fue incrementando; a tal grado de necesitar el apoyo de la nobleza. La zona de guerra se transformó en un sanguinario vaivén; del cual, era un observador más al contemplar a lo lejos cómo el Suroeste se convertía en cómplice del cobarde asesino de uno de mis compañeros.

La lucha tomó nuevos caminos, todo mi ejército estaba decidido a vencer la contienda, el primer paso fue que nuestra caballería derrocara a una de sus torres, para obtener una mejor posición. Obligado, me convertí en anzuelo; papel que estuve dispuesto a tomar para ganar la justa. Temeroso de mi destino, divisé, frente a mí una soberbia señora de negro que me acorralaba lentamente. Lleno de valor, di la señal para que atacaran a su líder; fue entonces cuando fui apuñalado en la parte baja de mi pecho; pero agonizante pude ver al fin, cómo caía el cetro del gran señor, pues al verse aislado y sin salida, aceptó su derrota; entonces ahí y casi a punto de morir llegó a mí, el delicioso aroma del triunfo. Hoy no regreso con vida al castillo, lo único que sé, es que volveré a salir, quizás con otra suerte y nuevos enemigos, pero con un mismo coraje y corazón. Yo no elegí lo que soy, pero lo acepto, pues se ha convertido en mi eterno destino.



Mario Alberto Quiñónez Ayala.

__________________________________________________________


He de aclarar que el cuento que subí NO es mío, pero me encanta!!! ^·^ Lo leí a los 13 años y me encantó. O O Y he de atreverme a decir que es de mis cuentos favoritos. xD Uxa, que marcó mi adolescencia... O o

febrero 18, 2008

Hazaña...

Sentada frente a mi computador las horas iban pasando hasta que la somnolencia me hizo reaccionar... Contrario a hacer caso al sopor que iba inundando mi cuerpo, pegué más mi cara al monitor y empecé a escribir...

De un momento a otro me encontré en el mismo lugar en el que había soñado que soñaba con una inmensa y amplia alcoba, tapizada de polvo en sus paredes y en todo el suelo. Una luz tenue y grisácea se asomaba por un resquicio de la ventana iluminando apenas lo que en esa habitación se encontraba...


-Cierra la puerta-


Por un momento, una reacción momentánea hizo mirarme las manos y encontré que estaban completamente cubiertas por una sustancia oscura y pegajosa. En ese instante me percaté del olor a sangre que reinaba en ese cuarto. La luz que entonces era tenue, empezó a ser más fuerte y menos cálida; más oscura pero era la suficiente para que se notaran los objetos que se hallaban en ese lugar.


-No temas-


En el mismo lugar en el que estaba parada hasta ese momento, giré mi cabeza para reconocer la estancia en la que mi cuerpo se encontraba. Rodeada de polvo, objetos desvencijados, telas rotas, viejos muebles y papeles tapices desprendidos, caminé hacia lo que parecía ser una cama.


-La oscuridad ilumina-


Sobre las mantas roídas había una pequeña cosa deforme cubierta de lodo desprendiendo ese olor que reinaba en el lugar. Mirando con asco a esa masa sin forma, sentí un dolor en la parte posterior de mi cabeza, situándose la punzada en la nuca, un dolor en el cerebro inundó mi mirada bloqueándola de toda vista...


-Sigue caminando-


A tientas busqué algo con lo que detenerme para no caer al suelo sintiendo mi cabeza palpitar del dolor que me embargaba. Encontré asiento en un antiguo sillón situado justo en una esquina de la habitación y llevé mis manos al lugar doliente... Había sangre. Sangre herrumbrosa emanando de una profunda herida colándose entre mis manos.
Con qué me había golpeado? No lo sabía.
Cómo había llegado ahí? No tenía idea.

Y obligando a mi mente a que recordara lo que había olvidado, luego de un largo rato los recuerdos brotaron como en una clara fuente...


-No mires atrás-


Esa noche había visto nuevamente a la persona que hacía cobrar vida a mis pasiones... Cómo se llamaba? No lo sé, nunca le pregunté. Lo veía pasar por el mismo sendero por el cual yo regresaba del instituto. Me giré y le hablé preguntando, como excusa, qué hora era.
-"La 1 y cuarto" respondió con esa sonrisa que hacía que mi piel se erizara.
-"Gracias"-respondí.-"Qué haces caminando a estas horas por este lugar tan solo?"
-"Voy rumbo a casa."

Y sin más nos quedamos mirándonos el uno al otro directo a los ojos.

-"Te he visto siempre caminar por aquí, en la misma dirección, a la misma hora. He contado cada uno de los pasos que das contra esa banqueta mientras pasas, cada minuto que tardas en aparecer y desaparecer en ese tramo de calle por el que te observo. Siempre con la cabeza mirando hacia abajo, siempre con las manos en las bolsas de tu gabardina, siempre con tu negro cabello ondeando en la noche."
-"Siempre he sentido que alguien me observaba. Siempre he sentido..."
-"...que serías la víctima perfecta."


-Ven a mis brazos-


Y arremetiendo contra su cuerpo, en medio de la soledad de la calle, sus ojos y su boca se abrieron en un grito sin sonido mientras la cuchilla de acero se hundía en su vientre. Trece cuchilladas más y sus brazos cayeron en mi cuello. El peso venció mi cuerpo y caí hacia atrás, golpeando mi cabeza con la saliente de la banqueta. Incorporándome y recobrando el equilibrio, lo llevé a rastras a un edificio antiguo que ahí estaba. En la estancia, con el alba de un nuevo día acompañándome, desmembré su cuerpo poco a poco, como si fuera un juguete con el que un niño pequeño juega. Fui al salón contiguo y encontré una sábana vieja y en ella puse cada pedazo de cuerpo que le había pertenecido.
Escaleras arriba encontré una nueva puerta y la abrí: Una habitación. Sobre la cama tendí la sábana y dejé esa masa de sangre y piel en ese lugar. Me giré sobre los talones y estando a punto de girar el cerrojo, algo me detuvo de golpe. Volví a girar y...


-Descansa...-


De un momento a otro me encontré en el mismo lugar en el que había soñado que soñaba con una inmensa y amplia alcoba, tapizada de polvo en sus paredes y en todo el suelo. Una luz tenue y grisácea se asomaba por un resquicio de la ventana iluminando apenas lo que en esa habitación se encontraba...


**Cathrina**

febrero 05, 2008

Ser Efímero...

"...Yo te amaba..."


Y despertó de golpe con esa frase taladrándole la memoria... Hace días que no despertaba así, tan súbitamente. Incorporándose violentamente sobre la cama decidió empezar un nuevo día, un nuevo pensar con un nuevo sentimiento... Culpa ya no más.


Decidió lavarse la cara y al estar en el baño observó atentamente el espejo: su reflejo, sin duda, le devolvía la mirada de siempre. No tenía por qué ser un día fuera de lo común.


'Hoy, no mañana. Lo juro en este momento...'


Y al sentir el agua sobre su rostro un nuevo pensamiento irrumpió sus ideas cotidianas.


"Yo te amaba... yo te amaba..."


Qué quería decir? Qué significado era el que trataba de buscar y no encontraba en esa tan insignificante, pero atormentante frase? Y trató de borrar todo recuerdo nuevamente. Simplemente cambió sus ropas (una blusa cualquiera, gabardina negra encima y un pantalón del mismo color) y se dirigió al exterior... Y todo resultaba tan desconcertante...


Sin darle mayor importancia se dirigió a donde debía... o eso creía. Las horas pasaron monótonamente, viajando entre el tiempo y la turbación del día. Cayó la tarde y le siguió el crepúsculo para darle paso a la noche. Dirigiéndose al parque más cercano se sentó en la primera banca que encontró y, sin querer, los pensamientos que atosigaron su día volvieron en ese momento tan intensos como se habían descubierto en esa misma mañana... Y esa misma voz, exasperante, abrumante, inmensa, se iba expandiendo hacia cada recoveco de su perturbado cerebro haciéndose fuerte, más grave, MÁS INTENSO! Sintió los latidos de su corazón cobrar vida propia, escuchaba el sonido armónico del sístole y el diástole unidos en un sólo sonido martillante en sus tímpanos. No podía más, algo tenía qué hacer. Escuchar esa misma frase, con la misma voz; TAN ESTRIDENTE EN SU CABEZA...


"Ahhhhhhhhhhhhh!!!!!!!"


Su ensordecedor grito hizo callar hasta el último de los murmullos en el instante en que sus manos apretaban fuertemente esos oídos hartos y exaustos de escuchar tan repetidas veces lo mismo... Y su cuerpo cayó inmóvil sobre la hierba del parque, yacendo ahí completamente inanimado...


Remontándose a un lugar donde la luz era tan intensa que no se percibía ni un solo color, se encontró frente a un suntuoso espejo con el marco desgastado y el vidrio enmohecido y resquebrajado; tan antiguo como los últimos años que la historia pudiese recordar. Y se acercó, sintiendo el pulso en la garganta y notando un leve temblor en las piernas. Era miedo? Era cansancio? O qué?
Sin saber por qué había algo que le atraía de ese espejo y lentamente se acercó a él... Vio su reflejo y se sorprendió al ver que ese mismo reflejo parpadeaba ante su presencia. Sin pensamientos ya, libre de ideas que revoloteaban en su mente, atormentándolo; observó atentamente que su "yo" al otro lado del espejo le hablaba...


"Tú y yo... Uno solo es lo que somos. Monótona vida la que hemos escogido, mismos recuerdos los que hemos pensado, mismas ideas las que de nuestra cabeza han surgido... Mismas decisiones, mismas inquietudes... Hace cuánto que no te dedicas a mí, que soy tu? Hace cuántos días, horas, minutos o segundos que te olvidaste de lo que eres? Hoy ya ni por lo menos sabes a dónde perteneces, a quién eras fiel... Hoy no sabes ni quién eres. Dejaste de amarme, de admirarme? Yo ya no te amo, cuando dejaste de pensar en mi, dejé de sentir para ti. Te desprendiste de mi y he comenzado mi ruta sin ti... Hoy, tú y yo ya no somos iguales. Hoy, tú y yo no compartimos la misma esencia... Hoy, tú y yo no somos nada..."
>>"Hoy... yo, a tí... ya no te amo... Pero, a pesar de todo... YO TE AMABA"
Y despertó nuevamente, inmóvil aún sobre la hierba del parque sin ser ya el ser que creía ser... Un ser desprendido de esa razón que a la persona la mantiene viva, y aún con esa frase rondando en su mente, carcomiendo sus sentidos... Su misma esencia que le decía "Yo te amaba..."


**Cathrina**

(Honor a quien honor merece... Título por: MI Nee-san [Dai ^^])

febrero 03, 2008

Cuando el silencio calla...




Un día me encontré caminando sin rumbo fijo en medio de la nada y me encontré con el reflejo de lo que fui y me dijo:
-Deja que el silencio te hable, que te bañe con su ternura y permite que su sabiduría hable en tus labios... Deja que el silencio te hable y aloja cada una de sus palabras en tu corazón...

Y sin más, mi yo antiguo desapareció en esa nada que me hayaba sumida...


Al seguir caminando, encontré entonces a alguien acurrucado en un resquicio de mi mente. Sollozaba e imploraba no ser abandonado... Cuando me acerqué y le pregunté qué era lo que le pasaba, volvió su cabeza hacia mi y con sus ojos anegados en lágrimas y la voz quebradiza recitó:

-Deja que el silencio te hable, y cuando el silencio calle notarás ese vacío en el que ahora te sientes caminar... "Deja que el silencio te hable". Recuerdas haber escuchado esas palabras antes? Mírate ahora, lo que soy es lo que eres. Eras un todo y ahora eres nada, llenando el eco de la vida con tus alaridos, llenando el silencio con inútiles gritos que nada sirvieron para superar lo que eras...


Cuando me volví para seguir el camino por el que iba, un negro velo cubrió mi vista y mi alma, dejándome en la penumbra de lo que creía ser...


**Cathrina**